¡Feliz decimoquinto cumpleaños, Quequi! Disfrútalo a pesar de tus males. Eres fuerte y valiente y te querremos siempre.
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jueves, 29 de noviembre de 2018
jueves, 4 de febrero de 2010
HISTORIA DE Q. (II)
Continúo con mi historia: Estaba ya un poco crecidita, y decidieron llevarme a un centro canino a pelarme por primera vez. JM acompañó a su madre V. a uno que le había recomendado L. Es todavía doloroso para mí recordar este trance, sólo diré que entre en ese cuarto siniestro llena de pelo, y salí pelada, eso sí, pero con una patita trasera rota. Cuando regresaron JM y V. y me vieron andar con la pata casi tronchada, la peluquera les dijo que no sabía lo que había pasado, y que me llevaran a casa y me observaran. V., la pobre, no sabía qué hacer, pero JM, con educación pero con firmeza, le dijo que de allí no se movían, y que exigía ver al veterinario.
Yo estaba casi desmayada de dolor, pero oí decir al veterinario, que parecía sorprendido y azorado, que me iba a hacer una radiografía. Ésta reveló que mi pata estaba realmente rota, y el veterinario intentó calmar a JM. Tras discutir un rato, acordaron finalmente que me llevarían a un sitio llamado Hospital Veterinario, y que el centro costearía la operación. JM y V. me metieron en un taxi, y llegué al Hospital babeando de dolor. Allí me dejaron JM y V. muy preocupados, y yo estaba llena de angustia. No recuerdo muy bien lo que pasó después, pues me metieron en una especie de incubadora, me ataron con cuerdas y me metieron un tubo por la boca. Me quedé dormida, no sé cuánto tiempo.
Cuando me desperté, y me soltaron, comencé a correr por el pequeño consultorio. Sólo sentía unas ligeras molestias. Al poco, llegaron JM y V. muy contentos y aliviados de verme así. Escuché la expresión "tres clavos" de boca del veterinario, pero no le presté mucha atención. Estaba exultante porque había vuelto a por mí JM, al que consideraba mi salvador y protector.
Desde entonces creo que JM ha asumido inconscientemente ese papel, y me quiere especialmente. Debo decir que mi "situación legal" es un poco peculiar, pues vivo bajo una especie de "custodia compartida": mi dueño es JC, que pasó de mí, y vivo a caballo entre las casas de V. y JM. V. va a pasar casi todos los fines de semana en casa de JC, que vive en otra ciudad cercana, a estar con sus nietos. Y entonces JM me lleva a su casa, y allí estoy también en muchas otras ocasiones que él me trae, pues vive muy cerca de su madre. Bueno, ya está bien por hoy; ahí os pongo un pequeño vídeo rodado por O. , cuando yo era pequeñita. Guau.
viernes, 29 de enero de 2010
HISTORIA DE Q. (I)
Voy a empezar a contar mi historia. Tengo recuerdos borrosos de mis primeros pasos. Los dueños de mis padres eran unos peluqueros de tronío de esos que tienen más perros que Cruella de Ville. Éstos me regalaron aún con escasos días a JC, hermano mediano (bueno, se llevan 13 meses) de José Miguel. Aquél me quería como regalo para su entonces novia, y me dieron el nombre de Muñeca. Pero ¡ay! el capricho acaba pronto, y me vi un día en la ya ex-casa de la madre de ambos, V. En la foto me podéis ver cachorrita y un poco asustada, posando junto a la escoba, una de mis bestias negras.
JC era mi dueño (así figura en mi cartilla oficial) pero me abandonó (iba a decir que como a una perra, Jesús, qué cosas) en aquella casa extraña donde vivía aquella señora viuda con su hijo O. Así que cuando lo veo no le muevo ni el rabo. Allí conocí a JM. Éste ya no vivía allí, pero venía todos los días a ver a su madre y a O. Al principio no me hacía mucho caso, pero pronto nos cogimos cariño; sobre todo, tras el incidente de la peluquería, pero ya eso lo contaré otro día, pues el teclado este no está hecho pensando en los perros, y me cuesta bastante teclear. Además, no tardará mucho en volver JM, que ha ido a uno de esos sitios a los que nunca me lleva. En fin, guau au (es decir, hasta pronto)
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