viernes, 25 de febrero de 2011

PIDE, QUE ALGO QUEDA






Nunca sé agradeceros lo bastante, queridas amigas, vuestras visitas y comentarios. Así que he pensado, como muestra de mi agradecimiento más sincero, explicaros mi depurada técnica petitoria, pues si puede seros de utilidad en alguna ocasión.



1º. Es importante acercarse al sujeto en cuestión y mirarlo con toda fijeza, de hito y hito, sin bajar la mirada.



2º. Sí no he conseguido atraer su atención, puedo emitir un quejido lastimero, como si estuviera en las últimas.



3º. Una vez que has conseguido que te miren, tienes ya medio trabajo hecho.



4º. Es el momento de apoyar las patitas delanteras sobre la persona en cuestión, o de andar a dos patas (las que seáis BIPs podéis ahorraros esta parte).

5º. Si la persona se resiste a darme lo que quiero, combino el quejido lastimero con un algún pequeño gruñido de impaciencia, o ladridito histérico (esto muy rara vez falla, y el sujeto se rinde por agotamiento).

6º. Pero si todo esto fracasa con algún "hueso", el plan B consiste en bajar las orejas y poner cara de cordero degollado, en fin, ¡torres más altas se han conmovido!
¡Feliz puente de Andalucía a quienes podáis disfrutarlo! Guau.


domingo, 20 de febrero de 2011

PERRO VOLADOR...






Una de las anécdotas que más me han interesado del viaje de JM fue lo que le ocurrió en el avión de vuelta de Bruselas a Madrid. Se lo estaba contando a L. y yo los escuchaba atentamente. El avión, al parecer, no iba completo, y en la fila delante de él, viajaba una chica sola. De pronto, observó JM que sacaba algo de una bolsa de viaje con rejillas, y se lo ponía sobre el pecho, ¡era un cachorrito! La chica le hacía carantoñas, y éste se restregaba contra su cuello. JM la ayudó a llamar al azafato, y entonces le preguntó por el perrito. La chica era brasileña, y le explicó a JM que sí permitían llevar perros pequeños en la cabina por 50€. Hablaron entonces sobre mí (no sé si L, estando allí, habría permitido tantas preguntas), y la chica preguntó si yo era tranquila. JM le dijo que bueno, que era como las personas, que tenía mis días.
No sé si me gustaría viajar en un avión. Me da pena y envidia cuando JM y L se van y me dejan aquí (sobre todo, al ver las fotos que traen de lo que han comido por ahí), y los echo mucho de menos, pero da un poco de yuyu estar a tanta altura, y no poder ladrar, ni olfatear a la gente, ni seguir a los azafatos con el catering... En fin, nada que me motive especialmente para dejar el sofá, salvo que le pongan alas, claro está. Guau.

sábado, 12 de febrero de 2011

NUEVOS TIEMPOS, NUEVOS PELOS






Se decidió por fin V. a llevarme a la nueva peluquería del barrio, donde me dieron un buen repaso, como veis en la foto, al lado de V. A mí no me hace mucha gracia lo de la pelu, pues siempre te pueden descubrir alguna pulguita, y me da vergüenza, pero me porto bien, y creo que he quedado favorecida esta vez. Me han dejado un aire sport, desenfadado, como de media melena y bolsito a juego. Lo que no me gustan son los moñitos, y V. le dijo a la chica que no me los pusiera. Luego del pelado me dan ganas de corretear, y soy toda ojos y hocico negros como el azabache, que dijo el poeta. JM se va y me deja solita 4 días ¡a ver qué hago sin el portátil y los paseítos! ¿para qué me pelan si luego no me pueden ver por la calle? En fin, buen viaje, JM, y ¡a ver cuándo me llevas a alguna parte! Guau.

sábado, 5 de febrero de 2011

DESAYUNO DE TRABAJO






Después de llevarme más de una semana cuidando a V., ya estoy de vuelta con JM y L., y hoy he descubierto una foto que me ha sorprendido bastante. Yo pensaba que en los institutos se estudiaba, que son sitios como las bibliotecas públicas donde los alumnos están en silencio, y pendientes de las explicaciones del profesor. Esta calma monacal sólo se vería interrumpida por el toque de recreo, en el que los alumnos se comerían parsimoniosamente el bocadillo sentados ordenadamente en el patio, mientras los profes estarían en su sala leyendo y aumentando su sapiencia. Pues no, resulta que donde trabaja JM no es así, que los viernes los profesores se van turnando por departamentos para ofrecer un desayuno a sus compañeros tan rico como veis. Parece que la idea era fomentar la convivencia entre los profesores y la conversación entre ellos, pero yo puedo imaginarme a JM comiendo a dos carrillos, y pasando de lo que le digan (eso es lo que yo haría): "¡Qué interesante lo que me cuentas! oye, ¿me pasas un croissant?". Sí, puedo imaginarlo. El que yo me quede fuera de estos eventos, me parece una cruel muestra de especismo. Y ahora que lo pienso, ¿qué pensará de esto L. si se entera? pues JM debe perder unos kilos por su apnea del sueño. Ya se encuentra mejor y más descansado, aunque por las noches parece el hombre biónico, con la mascarilla y el aparato. Me estoy ya imaginando los reproches, pero, ¿dejará de participar JM en los desayunos siendo gratis? No lo sé. Tal vez debería hablar L. con el Director. Yo, mientras tanto, sigo relamiéndome con mucha penita viendo la foto. Guau.