sábado, 25 de septiembre de 2010

DE NUEVO MALITA






Hacía unos días que JM decía que me veía un poco rara. Se puso a examinarme, y me encontró numerosas manchas oscuras, y rojeces en la piel. Le preocupaba también que hubiera pasado el celo (del que traté en mi última entradita), sin echar nada, y que, tras tanta excitación, hubiese caído en la depre. Así que se lo dijo a V., y decidieron llevarme al hospital veterinario el martes pasado.
Ya sabéis que no me gusta ir, salvo por los paseos en taxi que me dan de ida y vuelta. Me puse un poco nerviosa en el vestíbulo de la clínica, pues sabía lo que me esperaba, aunque no había esta vez casi ningún congénere a la vista. Me puse a ladrarle a una humana que salía del interior de esta "casa del dolor" con una bolsa oscura de aspecto sospechoso. Era una de las recepcionistas, que llevaba una especie de uniforme con dibujos de perros y gatos (que quizás tendrían más gracia en una guardería, pues a mí no me hacían ninguna). Una vez en el interior, me las vi con la veterinaria L. (¿por qué todas las L. me tienen tan derecha?), quien, tras examinarme hábilmente, dictó a unos V. y JM expectantes su diagnóstico: piodermia. La misma enfermedad de la piel que padecí hace un año. JM dijo que me ponía mensualmente las pipetas antibichitos, y L. habló de una posible reacción alérgica indeterminada. Me cayó luego la inevitable inyección que esta vez aguanté estoicamente, y la cita para otro pinchazo en 15 días. Comentaron también JM y L. que veían que me raleaba el pelo, y L. me recetó unas vitaminas. ¡Dios!¿no me quedaré pelona, verdad?
Con estas inquietantes perspectivas, regresamos en taxi. El taxista, desde que montamos en su vehículo, me echó el ojo, y se puso a hablar con JM comparándome con su perrita, una maltesa, como mi madre, aunque siempre de manera ventajosa para la suya, lo que tampoco contribuyó a levantarme la moral. Me doy cuenta que viajar en un taxi es casi como estar en la sala de estar de alguien, en este caso del taxista, de visita de compromiso, y al que te sientes obligado a dar conversación, aunque sea de urgencia.
Bueno, parece que mientras me recupero, debré renunciar a mis ambiciones artísticas, y me dedicaré a la crónica bloguera. Guau.

sábado, 18 de septiembre de 2010

VICIOS INCONFESABLES









Hace 8 meses que abrí este blog, y aún hay cosas que no me atrevo a contar. Debe de estar contagiándoseme algo de eso que los humanos llaman conciencia, y me veo impelida a haceros partícipes de una de mis intimidades menos edificantes. Cuando me llega el período de celo me entran unos picores enormes e inconsolables. Pero se dice que la necesidad aguza el ingenio, y encontré un expediente para aliviarme un poquito. Un día se me ocurrió coger una mantita que hay en casa de V., y empecé a restregarme contra ella, como el que se rasca compulsivamente. Con el tiempo llegué a desarrollar una técnica depurada: me ponía a dos patas, agarraba la manta con la boca, y me las apañaba con las otras dos patitas para hacer un doblez en la manta, de modo que caía sobre ella en condiciones de refregarme a gusto (no debe sorprenderos tanto, pues, mi habilidad con el portátil). A V. no le gusta, y cuando me descuido, me esconde la mantita. Y entonces soy capaz de pasarme el día gimiendo. Un día que estaba yo en plena faena, apareció la pequeña V., sobrina de JM, y le preguntó a su abuela: "Abuelita, ¿qué está haciendo la Quequi?". V, disimulando como pudo, le respondió que yo estaba jugando al caballito.

Me diréis que no está bien lo que hago, y tenéis razón, pero, ¡es que no podéis imaginar cómo me pica! Los picores remiten ya, igual que mis reglas, que cada vez son menos abundantes. Será que me hago mayor. Espero, queridas amigas, que me sepáis comprender y perdonar. Guau.
A pesar de todo, no pierdo seguidores, sino que los gano, como es el caso de una nueva amiga, Victoria Guanche, ¡bienvenida!


sábado, 11 de septiembre de 2010

LA COLOMBE POIGNARDÉE






"La paloma apuñalada" es parte del título de uno de esos poemas que lee JM antes de acostarse. Me acordé de ella en uno de nuestros paseítos exploratorios, en los que nos apartamos del recorrido habitual y deambulamos por otros parajes. Hace meses pasamos junto a una casa solariega del antiguo barrio de JM que conserva su escudo heráldico, y allí me fijé en una paloma difunta atrapada en una moldura (¡Qué inspiración no habría sido para Apollinaire!) -a L. le dan miedo las palomas, y se pone muy nerviosa cuando le revoletean por encima. A mí me da un poco igual, pues les ladro a todos los pájaros por igual. Soy democrática-. Lo cierto es que pasamos hace poco por el mismo sitio, ¡y allí seguía la paloma! No se había caído al suelo, y nadie la había retirado, o quizás reparado en ella. Es curiosa la incuria humana. Yo siempre estoy muy atenta a todo lo que me rodea, pero los humanos van normalmente pensando en sus cosas, y no prestan mucha atención a lo que les rodea. En todo caso, están pendientes del suelo para no pisar las caquitas de mis congéneres que algunos desaprensivos dueños no recogen, y de las que Cádiz está bien servida. El hecho es que allí seguía la paloma, hecha una carcasa de plumas. Quizás acabarán pensando que se trata de otro símbolo heráldico, y alguno se quedará parado intentando desentrañar su sentido. Cosas de Cádiz, donde se dejan cosas abandonadas meses y meses sin que nadie las recoja, como las motos quemadas o destripadas. Creo que, aparte de para representar la Habana, Cádiz podría ser escenario de una película sobre Beirut. Pero ya sabe, en Cádiz hay que... Guau.
Por cierto, tengo un nuevo seguidor, Jose, de Málaga ¡Bienvenido, amigo!

sábado, 4 de septiembre de 2010

YO DE TI NO LO HARÍA, FORASTERO





Compruebo en internet el auge de las películas con, de o sobre perros. Hay una larga lista (Marmaduke, Hotel para perros, Como perros y gatos, etc.), incluso he leído que existe el proyecto de rodar una película sobre Marylin Monroe desde el punto de vista de su perrita -creo que si hay un caso en que un humano querría volverse perro sería éste ¡Qué no habrían dado muchos!¡qué no habrá visto esa perrita!-. Dadas mis conocidas inquietudes artísticas, he estado pensando cómo podría ser mi contribución al Séptimo Arte. Así que estoy escribiendo el guión de un corto, que podría ser una especie de western casero. He tomado también algunas imágenes para que me digáis qué os parece, si tengo aptitudes artísticas, digo. En esta escena podría decir algo así como "yo de ti no lo haría forastero", o "este sofá es demasiado pequeño para los dos". Pero necesito un partenaire. He pensado en B., el pequeño yorkshire de la vecina del bajo, con el que he tenido ya algún encontronazo, por pesado. Su ama lo "echaba" con otras perras con pedigree, y decía que tenía hasta 22 vástagos el perrito. Pero este año, con la crisis, no lo lleva de excursión sexual, y se lo ve todo el tiempo gruñendo y con las orejas de punta, el pobre. Así que he pensado invitarlo en el papel de malvado rijoso. Estoy muy ilusionada con el trabajo, aunque quizás ya estoy un poco mayor para llegar a ser una estrella del celuloide. ¡Pero lo bien que me lo paso! Guau.
Por cierto, tengo una nueva seguidora, Abuela Cyber, de Uruguay ¡Bienvenida, amiga!