Ayer fue el cumpleaños de O. chico, un añito ¡felicidades! Se reunieron en casa de O. y C. sus abuelos, tíos y primos; el pobrecito, que acaba de despertarse, se puso a llorar al ver tanta gente, y no parecía muy contento con su madre;
aunque pronto se animó al ver las tartas tan ricas que había hecho su mamá, y los regalitos.
De modo que al final no quería que se fuera el personal a su casa.
Y yo mientras tanto... ¡sola en casita! ¡A ver cuándo me llevan!