domingo, 31 de julio de 2011

HONOLABLE ENVIDIA COCHINA: nido sube árbol









En esta serie veraniega de tentaciones que le tiendo a JM, traigo por primera vez la cocina china, a la que no soy aficionada (principalmente, porque todavía no la he probado). En los restaurantes chinos tampoco dejan entrar perros, y a mí no sé si me gustaría entrar, pues he leído en internet que en estos países orientales los perros a veces se venden como comida...¡qué horror! (aunque hay humanos de aquí que dicen que lo que se come en esos restaurantes es gato... bueno, los humanos de Cádiz siempre están de güasa...). Este plato que véis se llama "nido sube árbol", aunque no lo entiendo, ni siquiera con toda la imaginación metafórica que le pueda copiar a JM: no veo ni nido, ni patas, ni árbol: es más bien como una masa como la de los "gusanitos" que les gusta a los críos, sobre la que vierten un masa muy hirviente de cosas variadas: gambas, verduras, pollo, ternera, setas... y que luego cada uno revuelve formando una pasta, al parecer, muy rica. Yo preferiría, en todo caso, esperar a que terminara JM y lamer el platito ya frío, eso sí, sin quitarle ojo al camarero... por si acaso. Guau.

sábado, 23 de julio de 2011

MEGA ENVIDIA COCHINA: Presa ibérica


















Como JM sigue en plan talibán con su dichoso régimen (lo estoy notando en que cada vez caen menos cosas ricas de la mesa), he decidido volver a hablar de comida, a ver si me lee y cambia de idea. He rebuscado entre sus viejas fotos (¡qué felices tiempos! O tempora!...), y casi pongo perdido el teclado de saliva al ver esto: se llama presa ibérica. No entiendo el criterio según el que los humanos le ponen nombre a sus comidas, yo lo llamaría 'carnecita rica', y en paz. El placer es doble, pues para llegar a la carne tienes primero que embaularte el jamón ibérico que han puesto encima (pero a mí no me importaría demorarme; ya puedo imaginarme masticando esa carne tan tiernecita con su grasita y el suave contraste con el gusto aromático del jamón... ¡ay, a qué sufrir más! También daría buena cuenta de esas patatas llamadas panaderas (sigo sin entender a estos humanos), e incluso no le haría ascos a la verdura salteada (en comer todo es empezar).





Me gusta, asimismo, esta segunda foto, en la que la presa aparece servida con una salsa llamada chimichurri o algo así. Con mis respetos para los salseros, yo si estuviera en situación apartaría con el morrito el cacharrito tan mono, y me agenciaría los trozos de carne, tiernos como ellos solos. Una única pega: me vuelvo desconfiada cuando veo un plato no lleno del todo; tal vez mis gustos artísticos están por el horror vacui, pero lo más probable es que le ladrara al camarero, y me pusiera a olisquearlo por si se ha trasegado algo por el camino ¡menuda soy! Guau.



sábado, 16 de julio de 2011

CARA A CARA









Tras la inquietud provocada entre mis seguidores y seguidoras sobre mi nuevo aspecto tras mi última sesión de pelu, ahí va un primer plano: como veis, no ha sido para tanto, y me han dejado pelito (gracias a la insistencia de JM, que si no, V. me dejaría con menos pelo que el Dalai Lama); eso sí, me han dejado un poco bigotuda (que será la moda, pero al verme no puedo evitar pensar en Bismarck, o en los mostachones de Utrera). Con este nuevo look afronto, pues, el verano. JM me ha traído hoy unas cositas: dos que no me han gustado (la pipeta de los bichitos, y un champú frúfrú) y una que sí, un nuevo juguete en forma de cepillo dentado (¿será coña?), que me he puesto a morder con más ansia que los zombis de la tele (he tenido que ladrarle a A., que parecía tener intenciones de coger mi juguete ¡que se busque la vida!). Guau.

domingo, 10 de julio de 2011

¡ES UNA PROVOCACIÓN, COMPAÑEROS!


















Seguro que JM dirá algo parecido si le sale la vena sindical-estalinista el curso que viene cuando vea esos desayunos tan estupendos y ricos que se preparan en su instituto los viernes. Y todo por culpa del maldito régimen que ha empezado por culpa de uno de esos humanos que tienen nombres tan raros, endo no sé qué; la cosa es que en un mes aproximadamente ha perdido 4 k., y me empieza a preocupar. Se le está chupando la cara, y se está poniendo ropa que ya no le quedaba bien ¿estará enfermo?, aunque lo que más me inquieta es su cambio de carácter: empieza a contemplar de modo desdeñoso los pasteles y dulces, y casi se hace cruces delante de las patatas fritas y las fritangas (Digo yo que lo no que ya no quiera comer podría dármelo a mí, vamos); tampoco bebe ahora esos líquidos de colores que les gustan tanto a los humanos, y se conforma con agua, como yo (menos mal que no me ha quitado mi cuenquito todavía); después de darme el paseíto desaparece durante una hora (dice que se va a andar, aunque no se lleva correa, curioso)... No sé en qué acabará esto, la verdad; sólo espero que no me ponga a mí también a dieta, pues después del último pelado que me acaban de dar, se me ve ya muy poquita cosa.


Menos mal que L. hoy me ha puesto un plato de pollito de ése tan rico que prepara, ¡si es que es un sol! Guau.

domingo, 3 de julio de 2011

CASA DE QUEQUIS













Este fin de semana estoy en casa de JM. Aquí disfruto del aire acondicionado, y me tumbo en el suelo del salón para absorber el fresquito, cuando no me meto en el hueco entre los sofás, buscando aún más fresco. Hoy estaba tan bien, que cuando JM me enseñó la correa para sacarme de paseíto, me escondí, y al final optó por irse solo (además los domingos me mosquea, pues temo que me deje sola en casa de V., aunque nunca lo ha hecho).

Todo esto me ha hecho pensar en lo importantes que somos las perritas en las casas, y mi idea se ha visto confirmada al ver entre las fotos de JM una que le hizo a un trabajo hecho por un alumno de su instituto. Un gran trabajo, sin duda, que representa una casa con gran detalle, y como elemento central... un perrito. Hay humanos aficionados a estas obras que llaman casa de muñecas... Ya sabéis que mi nombre completo es Muñeca, que pasó primero a Queca, y luego a Quequi por lo que no estaría mal que JM hiciera una casa de Quequis en mi honor... aunque con lo manazas que es ya puedo esperar sentada. Guau.