Según mi cartilla identificatoria hoy cumplo años, siete en concreto. Se supone, pues, que he llegado a la madurez, y que debo sentar la cabeza. La última vez que estuve en el veterinario me fijé en un gráfico que tenían allí donde se indicaba la correspondencia entre la edad humana y la canina. Parece, pues, que me hallo en la misma edad que tiene JM, y me he puesto a observarlo para ver si también él ha madurado. A veces tengo mis dudas al respecto, pues lo veo inquieto, nervioso e inseguro en ocasiones. Los humanos son extraños, y resulta que, aunque alcancen un grado de estabilidad vital y profesional, siempre queda en ellos un no sé qué de insatisfacción que les hace mirar al pasado o al futuro, y, a veces, al cielo. Si no no existirían esos humanos que se llaman poetas, entre los que se cuenta JM en grado modesto. Yo, en ocasiones, no me encuentro del todo satisfecha en el sofá, y me gustaría dar un paseíto, pero JM lleva casi dos semanas con una bronquitis, y evita en lo posible estar en la calle. Así que debo conformarme con buscar calorcito debajo de un cojín, pues hace frío.
No sé si me regalaran algo hoy. Ya os tendré informados.
Ahí os dejo una foto mía de cuando era más jovencita y alocada. Guau.