domingo, 27 de enero de 2013

INTRUSOS

Los simpáticos gatos del Campo del Sur se extienden por los alrededores; unos cuantos viven en una finca abandonada al lado de la de V., y, aprovechando las aperturas de la puerta del garaje, entran en la finca, de tal suerte que ayer estaban a la puerta de casa de ésta dos de ellos que se mearon en el felpudo antes de salir por patas. ¿Vendrían a buscarme? ¿hasta ellos ha llegado mi fama?, ¿habrá gatos blogueros? No creo que tengan los portátiles en los bloques pues se les oxidarían de la humedad. En todo caso, salud, amigos, y tened cuidado por ahí. Guau.





domingo, 20 de enero de 2013

PILLADA IN FRAGANTI


¡Vaya! me han pillado en el refriego, que no la refriega. "¡Quequi, cochina, deja la mantita!" me dicen JM y V. Yo les miro alternativamente como la que no ha roto un plato, y me quedo quieta, esperando a que sigan con lo suyo. Así me puedo tirar horas y horas hasta que me dejen a mi gusto, o me quiten la mantita tras una ración de gruñidos. Ya me cuesta hacer un rebujo con la manta, para que estos aguafiestas vengan a fastidiarme. Vida perra. Guau.

martes, 15 de enero de 2013

UN PERRO EN LA OSCURIDAD


Nunca pude imaginar que un perro pudiera necesitar un intermitente; pero ahí estaba en esa noche neblinosa ese congénere bien abrigado con su lucecita sobre el chalequito, que, para que fuera completo, ya podría haber sido reflectante. Cosas de humanos. Guau.

lunes, 7 de enero de 2013

LLEGARON LOS REYES

A pesar de la crisis, llegaron finalmente los Reyes y... sus roscones. JM tuvo que levantarse temprano como si fuera al trabajo, y comenzar una ronda por la ciudad con L. y A., visitando niños y dejando regalos, al par que probando roscos. En casa de las pequeñas C. y A. había un enorme rosco traído de Medina Sidonia con tanta sidra que había que tomarlo con cuchara (obsérvese que pese a ser madrugador nunca llegó a encontrar un rosco incólume). A JM le tocó el haba, aunque no lo proclamaron rey, pues está últimamente muy republicano.



Las niñas, entretanto, se lo pasaban pipa en una casa de princesas que les habían traído;



éstas tuvieron la consideración que pedirles a sus padres que les dejaran a los camellos de los Reyes agua y cáctus para que se recuperaran; a falta de cáctus, pusieron un pepino, y he aquí la prueba de su paso.



Después de saciar la sed que les dio el rosco, se fueron a casa de V., a la que L. llevó una rica ensaladilla y un paté de cabracho que había preparado,


y donde JM pudo probar sendos roscos de trufa y nata.



En cambio, yo estaba solita en casa de JM, ya que el pequeño C. sigue siendo alérgico a los canes, y me tuve que conformar, como siempre, con quedarme... mirando. Guau.