sábado, 18 de septiembre de 2010

VICIOS INCONFESABLES









Hace 8 meses que abrí este blog, y aún hay cosas que no me atrevo a contar. Debe de estar contagiándoseme algo de eso que los humanos llaman conciencia, y me veo impelida a haceros partícipes de una de mis intimidades menos edificantes. Cuando me llega el período de celo me entran unos picores enormes e inconsolables. Pero se dice que la necesidad aguza el ingenio, y encontré un expediente para aliviarme un poquito. Un día se me ocurrió coger una mantita que hay en casa de V., y empecé a restregarme contra ella, como el que se rasca compulsivamente. Con el tiempo llegué a desarrollar una técnica depurada: me ponía a dos patas, agarraba la manta con la boca, y me las apañaba con las otras dos patitas para hacer un doblez en la manta, de modo que caía sobre ella en condiciones de refregarme a gusto (no debe sorprenderos tanto, pues, mi habilidad con el portátil). A V. no le gusta, y cuando me descuido, me esconde la mantita. Y entonces soy capaz de pasarme el día gimiendo. Un día que estaba yo en plena faena, apareció la pequeña V., sobrina de JM, y le preguntó a su abuela: "Abuelita, ¿qué está haciendo la Quequi?". V, disimulando como pudo, le respondió que yo estaba jugando al caballito.

Me diréis que no está bien lo que hago, y tenéis razón, pero, ¡es que no podéis imaginar cómo me pica! Los picores remiten ya, igual que mis reglas, que cada vez son menos abundantes. Será que me hago mayor. Espero, queridas amigas, que me sepáis comprender y perdonar. Guau.
A pesar de todo, no pierdo seguidores, sino que los gano, como es el caso de una nueva amiga, Victoria Guanche, ¡bienvenida!


9 comentarios:

  1. Entiende que no les guste, Quequi, que los humanos, la mayoria, pensamos que esas cosas se hacen cuando nadie puede verte. ja ja .
    Lo de la mantita no esta mal a falta de pan... tu me entiendes. Mi gato alucina cuando dejo mi albornoz de la ducha encima de la cama. Lo intente comprandole un gato de peluche, pero es muy listo y me pillo. Ahora ya e deje el albornoz solamente para el. Yo tengo otro.
    No desesperes.

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  2. Amiga Quequi no tienes que avergonzarte sobre lo que te ocurre ya que es algo normal comola vida misma.
    Me alegro de haberte conocido y espero seguir tus andanzas.Te diré que tienes una suerte enorme el tener una familia que te mime y cuide,hay much@s de tu especie que no corren la misma suerte
    Gracias por seguirme amiguita y por enlazarme.Con cariño Victoria

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  3. No hay nada que perdonar, Quequi. Yo también lo hago.

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  4. Muchas gracias, Maile, por tu comprensión. Lo del albornoz nunca se me había ocurrido...
    Besitos.

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  5. Amiga Victoria, gracias a ti. Es cierto que muchas veces no se aprecia lo que se tiene, pero yo puedo decir que me cuidan muy bien y me quieren mucho. Besitos, y nos leemos.

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  6. Gracias, Nora, por tu apoyo. Me daba vergüenza, pero es que da gustirrinín...

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  7. Querida Aurora, es un gran consuelo y alegría para mí saber que estás ahí. Besitos a Olimpia, que se ha descolgado como cazadora.
    Besitos.

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  8. Hola Quequi, jolines que no he podido leer antes tus cosas más intimas..., y me disculparas pero me he reído un montón, y que conste que te felicito por ser tan mañosita y hacer esas cosas con la manta para adaptarla a ti, eres toda una artista..., ya no hay nada que se te resista.

    Besitos.

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