sábado, 19 de junio de 2010

ESTE TECHO INTRANQUILO DE GAVIOTAS












Las gaviotas son unos animales extraños e inquietantes. Vi hace poco una película en que éstas atacaban de pronto a los humanos, y no me extrañaría que esto sucediera: La verdad es que impresiona verlas sobrevolarte con sus alas desplegadas, y ese peculiar chirrido que emiten, que recuerda a veces el llanto de un bebé. De vez en cuando, algunas se posan en el petril de la terraza de JM, y yo salgo corriendo a ladrarles; entonces, retoman el vuelo con parsimonia, moviendo lentamente sus alas, y pienso para mí: "eres una loca, Quequi, si uno de estos bichos te diera un picotazo, te ibas a enterar".


En una ocasión, pude asistir a un curioso espectáculo con JM. Vimos dos gaviotas que caminaban juntas de un lado para otro, como si fueran la Guardia de Su Majestad the Queen (voy probando ya un poquito con el inglés).


Una de ellas iba emitiendo graznidos, como si estuviera enfadada, y me recordó alguna de esas parejas de humanos que he visto en mis paseos, en la que uno discute, y el otro va callado. ¿Por qué harían eso? Iban de un lado a otro mecánicamente, hasta que se acercó un tercero, que se llevó unos buenos picotazos. Me acordé entonces de uno de esos refranes humanos: "Entre marido y mujer ni la pezuña has de meter", o algo así. Entonces, se me ocurrió que quizás fuera una ceremonia de cortejo. Al poco, una de las gaviotas empezó a tirarle de la cola a la otra. "La impaciencia no es exclusiva de los humanos", pensé. Y recordé que hay algunos que suelen hacer lo mismo en lugares llamados discotecas, u otros, dirigiéndose insistentemente a las humanas. L. los llama "pulpos" o "buitres", aunque no entiendo muy bien por qué, e incluso a alguien particularmente pesado, le ha obsequiado con el nombre de "cóndor".
En fin, la gaviota acosada acabó emprendiendo el vuelo, y dejando a la otra con un palmo de pico. Creo que en estos casos, tanto la gaviota como el humano lo intentan con otra. A mí estas cosas me aburren, y, por tanto, me voy a echar una cabezadita. Hasta pronto.




2 comentarios:

  1. Hola Quequi, ¡me encantas como te explicas! Es que me parto, aunque el tema de hoy no me mola nadita, particularmente no me gustan la gaviotas, cuando acampábamos nos robaban todo lo que encontraban y no contentas con eso intentaron comerse a mi ahijada que era bebe, menos mal que estábamos allí al lado, solo la hicieron sangre en una pierna, desde entonces las tengo cruzadas.

    Kisses.

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  2. Terrible historia la que me cuentas, Campoazul, y que confirma mis peores temores sobre estas aves. Estaré en guardia.
    kisses.

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