sábado, 13 de noviembre de 2010

AMERICANOS, OS SALUDAMOS CON ALEGRÍA






Bueno, tomé note de la crítica solapada que me hizo L. al compararme con Olimpia, que no le ladra a las visitas como yo. Así que decidí darle una sorpresa. Esta semana vino a comer a casa una compañera de facultad de A., una chica americana muy simpática. Cuando entró, en vez de ladrarle, me acerqué a ella agachándome como la que pasa debajo de una alambrada, y me puse bocarriba para que me rascara el pechito y la barriguita. ¡Je, je! dejé con un palmo de narices a L. y A., que le habían dicho a la chica que yo ladraba mucho. Incluso me hicieron fotos, sorprendidas. Para que luego hablen.... hablar sí que hablaron en la mesa, y comieron. L. preparó cabracho en paté, y rebozado. No estuve muy al tanto de lo que decían, pues JM me había dejado una salchicha cortada en trozos en mi cacharrito de comita, de modo que yo iba y venía de la cocina al salón, pendiente de que no me la quitaran. La chica americana hablaba en español, y A. le contaba algunas cosas en inglés, aunque no la entendí bien, pues parecía que hablaba como si tuviera sopa en la boca. Cosas, al parecer, del acento americano. El que menos hablaba era JM que se estaba hinchando de paté y pescado (aunque luego me dejó caer un poquito en mi cacharrito), y de un vinito blanco que compró para la ocasión. Él se conforma con poco, como yo.
A mis queridos lectores y lectoras no se les habrá pasado por alto mi ingenioso homenaje al gran Luis G. Berlanga. Descanse en Paz.

2 comentarios:

  1. Hola Quequi, claro que no se me pasó por alto el homenaje a Berlanga, de hecho al leer el título pensé que la entrada era para él. Oye que me alegro de que no le hayas ladrado a la chica... ¡que hay que ser sociables!, y además así te has ganado salchicha y paté.

    Besitos.

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  2. Querida Campoazul, me quería demostrar algo a mí misma, y me gané unas golosinas. Así que quizás lo repita.
    Besitos.

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