miércoles, 7 de abril de 2010

ENTRE HUMANOS






Mis relaciones con los humanos se han ido complicando con el paso del tiempo. Sobre todo desde aquella imprecisa mañana en que desperté embriagada por una inaudita clarividencia: era capaz de entender los sonidos que salen de la boca de los humanos, e, incluso, los signos encadenados que dejan en hojas de papel. No os puedo decir como ocurrió esto; ni me picó una araña radioactiva como a Spiderman, ni me golpeó ningún contenedor de residuos radiactivos como a Daredevil ("Dan Defensor" en la memoria de JM) -que entre nosotros, ya hay que ser basto-. Lo cierto es que me encuentro en una especie de tierra de nadie, como si fuera uno de esos niños reservados y sensibles que buscan la compañía de los adultos en vez de la de los niños de su edad (aunque aquéllos no se pican de pulgas, ni pierden la compostura por unas salchichitas de pollo, supongo).
Los humanos son aparentemente complejos; con todo, viven atados a rutinas que les hacen volver al punto de partida. JM mismo, aunque se vaya de viaje, acaba siempre por regresar, obligado a ir a eso que llama "trabajo", y que parece, esencialmente, una fuente de preocupaciones... En el fondo sé que le gusta más estar en el sofá conmigo leyendo y escuchando música, o sacándome a pasear... pero necesita eso que llaman "dinero", que constituye, por lo visto, la clave de la mayor parte de las necesidades y de lo que montan los humanos... Prefiero, pues, de momento, vivir en esta despreocupada distancia, que no sé si me está haciendo más sabia, o más... perezosa. Guau.

4 comentarios:

  1. Hola Quequi, lo de la araña radioactiva no..., pero lo mismo te mordió un humano rabioso, ¡que eso marca mucho! y ahora tienes un don que puedes aprovechar a tu antojo..., ya que sabes como pensamos (aunque lo veo muy difícil, pues ni nosotros nos aclaramos), tu cuando quieras un caprichito haz algo que a JM le haga gracia y le emocione...¡y te la dará! ¡Suerte!

    Besitos.

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  2. Muchas gracias, Campoazul, por pensar en mí. Creo que a JM lo tengo en el bote, pero ¡gracias por el consejo!
    Saluditos.

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  3. Ay, Quequi, la compañía que hacéis ahí tumbaditos mientras trabajamos...

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  4. Muchas gracias, Aurora, nos acabamos haciendo imprescindibles los unos para los otros. Cuando yo estoy allí, JM está mucho más contento, aunque no se lo diga a L.
    Besitos.

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