domingo, 10 de febrero de 2013

(DES)EQUILIBRIOS CARNAVALESCOS


Ya ha vuelto el carnaval. JM está que se lo llevan los demonios: han pintado con spray los cajeros, e incluso el telefonillo del bloque. No sé, en verdad, por qué se enfada tanto en esta época, gustándole como le gustan los perros. Son, efectivamente, días en que muchos humanos actúan como mis congéneres: mean en la calle, corren, se olisquean unos a otros, entran en celo, emiten sonidos guturales... lo que sí es cierto que no hacemos los perros es vestirnos de algo que no somos, beber como cubas, y hacer el ridículo desgañitándonos por las esquinas como si tuviéramos gracia.... En fin, no todos los humanos pierden el oremus, y algunos conservan un sensato equilibrio y sentido de la mesura en medio de la barahúnda. Ejemplo de ello son estos dos bípedos implumes que me sorprendieron enormemente en mi paseíto al verlos de tal guisa sin perder la compostura; aunque di la vuelta en torno de ellos no pude descubrir como se sostenían así (pude haberle mordido los zancajos al de abajo, pero eso me pareció llevar demasiado lejos ya el espíritu científico). ¡Bravo por ellos! Guau.


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