Como cada febrero ha vuelto el carnaval. A JM no le gusta demasiado; sin embargo, a L. le chifla, por lo que me veo entre la espada y la pared. Es cierto que hay inconvenientes, como la turbamulta de gente, que no me dejan dar el paseíto con tranquilidad, y que me hacen la competencia en cuanto a mear por las esquinas (y también en lo que se dice en lo de estar como una perra en celo; si no, fijáos en cómo han cambiado el letrero de un banco, donde, que yo sepa, sólo dan -o quitan- dinero -ya sabéis, esos insulsos papelitos que llevan los humanos a todas partes, ¡y luego dicen que yo estoy muy apegada a mis juguetitos!); pero no dejar de ser verdad, asimismo, que guarda cierto encanto, sobre todo para mi agudo olfato: ayer, al pasar por la calle de JM, me vino una incomparable mezcla de olores entre chicharrones fritos y meados que me dejó extasiada por su novedad, y en otro lugar, vimos salir a unas extrañas figuras de una casapuerta, y L. dijo: "¡mira, son los mojones!", y se acercó a ellos para felicitarlos por su actuación en el Teatro Falla, y decirles que habrían merecido el primer premio (quizás fue demasiada la tentación para el Jurado el decir: "un mojón pa ti"). Los zurullos de tamaño humano le dieron las gracias, y se alejaron calle abajo como si tal cosa. Lamentablemente, JM no me dejó acercarme a ellos para olerlos, y darle la razón o no a L. Ya estaba acostumbrada de otros años a los hombres pollo, que vuelven como las golondrinas, pero esto ya... en fin, ¡feliz carnaval! Guau.
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Huyyyy !!! No me gusta nada el carnaval. Hay mucho ruido por la calle y demasiada gente vestidas con ropas raras. A mí me asusta.
ResponderEliminarBueno ... habrá que aguantar unos días.En fin...
Besitos, amiga Quequi.
Tú lo has dicho, querido Byron, hay que tener paciencia, y quedarse en casita, pues hay muchos cristales por las calles, y podemos cortarnos.
ResponderEliminarBesitos.
Hola Quequita, ya veo que has estado de paseo viendo a los humanos disfrazados y haciendo trastadas, te diré que para algunos es la única época en que pueden ser ellos mismos, sin sentirse ridículos. ¡Hay humanos muy raritos!
ResponderEliminarBesitos.
Ay, querida Campoazul, mira que se ven cosas raras estos días... espero que donde tu vives la gente no sea no sea tan loca.
ResponderEliminarBesitos.
Querida Quequi, dile a L. que se relaje un poco en casa, y de camino, que fomente tu espíritu más maternal regalándote un fantástico día con C. y A. que estarán encantadas de pasar unas horas contigo.
ResponderEliminarbesos.
Querida Luisita, no sé si el placer será mayor mío o suyo (con tal de que no me metan en la terraza).
ResponderEliminarBesitos.
Querida Quequita, los humanos somos locos por naturaleza, pero en carnaval la locura es perdonable aparte de simpática. No sé si los perritos lo entendéis bien... ¡en fin! :)
ResponderEliminarMuchos más besitos.
Tienes razón querida Campoazul,la verdad es que me da un poco de envidia que no me saquen en carnaval.
ResponderEliminarBesitos.