Un poco de pena me da de ver a JM de esta guisa; pero quizás se lo busca él. Estaba con su sobrinito, O. chico, y llevado tal vez por un exceso de celo profesional parece que se empeñó en enseñarle los primeros números; quizás su metodología no era la adecuada, o sus recursos didácticos, o la temporalización, o la evaluación de las competencias (eso la Inspección deberá decirlo), lo cierto es que, aunque intentó adaptarse a los conocimientos e intereses previos del alumno (a lo que no pretendía ser ajena la camiseta de Batman) no consiguió que el rapaz pasara del uno, como se ve en la foto, y éste obsequió al profe con la visión de su lenguita rosada cuando le mostraba el dos. No sé quizás se precipitó JM dada la corta edad del tierno infante; yo, en todo caso, le prestaría atención constantemente, pues soy capaz de mirarle fija y detenidamente. ¡Que aprendan de mí sus alumnos! Guau.
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