martes, 26 de marzo de 2013

TORMENTA DE GRANIZO


Hace unos días me desperté sobresaltada; mis sentidos ultrasensibles me comunicaron extrañas vibraciones en el aire. Sobrevino entonces un estruendo enorme, y pareció que el techo se viniera abajo.


JM se levantó también, y fuimos al salón, desde donde pudimos ver un espectáculo impresionante en la terraza: estaba lloviendo, sí, pero no agua, sino trozos de hielo con un ruido ensordecedor; me asusté mucho, y que JM se quedó como pasmado; al cabo de un momento, la terraza ya no parecía terraza sino una cubitera.





Menos mal que no me pilló fuera haciendo pipí, pues casi me lo hago encima, ¡guau! Creo que ya no volveré a ver el hielo de la misma forma, ni siquiera en los cubatas. Guau.

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