He estado muy atenta a las explicaciones que le ha dado JM a L. sobre lo que comió en el sur de Francia, y he estado también espiando las fotos; dijo unos nombres muy raros para los platos, y cómo no sé cómo se llaman dejo que las imágenes hablen por sí mismas.
¡No me hubiera importado probar estas delicatessen (restaurante Le Criquet, Arles), aunque me fuera luego por las patitas abajo!
Pero no todo fueron exquisitices, y también comió en una verbena popular.
(No me hubiera importado estar debajo de esos orondos señores, a ver si caía un poco de esa rica carne con su grasita).
Y JM también trajo un buen recuerdo de las berenjenas a la provenzal, y de las patatas a la ídem.
En fin, a pesar de todo lo que tragó, JM ha vuelto con el mismo peso con el que volvió, ¡será que viajar con 24 adolescentes es mucho mejor dieta que la Dukan! Bueno, lo dejo ya que comienzo a salivar más que el perro de Pavlov. Guau.
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mmmhhhh, rico. Mérito el de JM, 24 y salir vivo ... no está mal.
ResponderEliminarQuerida Aurora, yo no le quitaría el mérito...sino algo de lo que se comió.
ResponderEliminarBesitos.
Hola Quequita, oye que rico todo eso, tiene una pinta excelente. Que MJ bien pudo llevarte, seguro que los 24 adolescentes se lo pasarían genial contigo, y ya de paso tú probarías alguna cosita rica de esas... Mmmm
ResponderEliminarBesitos.
Este plato es muy atractivo!
ResponderEliminarQuerida Campoazul, ojalá JM me hubiera podido llevar, pero no se lo hubieran permitido en el cole. Pero tengo pendiente que me dé a probar alguna delicatessen...
ResponderEliminarBesitos.
Ya veo que te relames, Brad, muchas gracias por tu comentario.
ResponderEliminarhay un comentario de un amigo que blogger se ha tragado, y me ha borrado sin que haya tenido tiempo de identificarlo. En él se me decía que a veces se roba a perros para obtener recompensas. Es lamentable que existan estos desaprensivos.
ResponderEliminarSaludos.