Nunca pude imaginar que un perro pudiera necesitar un intermitente; pero ahí estaba en esa noche neblinosa ese congénere bien abrigado con su lucecita sobre el chalequito, que, para que fuera completo, ya podría haber sido reflectante. Cosas de humanos. Guau.
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Querida quequita, soy L. ya estamos en 2013 y como ya te habrás dado cuenta -currito nuestro canario ya no está entre nosotros- los demás estamos todos bien, esperemos seguir teniendo para tu pollito y poder dar tus paseitos.
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