Me llevó V. a lavarme, y, yo, que creía que a la peluquera se le habían acabado todas las pasadas habidas y por haber, me veo que me encasquetan otra.
Está claro que no me libro. L., aparte de cocinarme de vez en cuando algún filetito de pollo, me ha regalado un nuevo juguete con forma de bocadillo (está muy atenta conmigo, se ve que le ha influido mi blog, y el que yo la haya convertido en una persona famosa). Así, que cojo éste y adopto una postura hierática y enigmática que ni la Esfinge de Tebas.
Pero por muchas adivinanzas que acierten, ¡no pienso dejarle a nadie mi bocadillo ni aunque sea de pega! Guau.
Hola Quequita, ya veo que te han puesto otra pasadita... ¡resignación! oye es muy chulo el "bocata" que te ha regalado L. aunque supongo que lo hubieras preferido de los de verdad...
ResponderEliminarBesitos.
Jua, jua, jua.... Me encanta la postura esfinge...
ResponderEliminarLos de verdad, querida Campoazul, no me durarían ni un minuto. (Éste además tiene pito).
ResponderEliminarBesitos.
Es que soy un misterio ladrante, querida Nora.
ResponderEliminarBesitos.