Ya no tiene JM excusa para decir que no puede llevarme en el tren. Aquí le he pillado una foto que le hizo a un perrito que llevaba una familia en el tren a Salamanca. Aunque me surgen algunas preguntas: ¿pagaría billete el perrito?, ¿dónde haría sus cositas?
Sé que yo soy más grande (aunque no mucho más), y que L. dice que soy una histérica que no sabría comportarme, y que nos echarían del tren. Pienso que habla sin conocimiento de causa, pues cuando quiero soy muy formalita.
Al parecer en el tren había una máquina expendedora de bebidas, ¿pondrán a partir de ahora una expendedora de salchichitas? ¿nos pondrían un catering distinto si fuéramos en clase preferente o turista? Son detalles muy importantes, y que no deben ser descuidados en la atención a esta nueva clase de viajeros, la de los perritos. ¡A ver cuándo me estreno! Guau.
Yo también quiero, Quequi....... A mi me echarían sin ningún género de duda. Me subiría a la cabeza del conductor. Y como lo de gemir se me da fenomenal, pues a gemir.
ResponderEliminarEstá claro que las injusticias las inventaron los humanos, querida Nora. Pero por gemir, dicen que el que no llora no mama...
ResponderEliminarBesitos.
Hola Quequi, está claro que después de esta prueba temblorosa que tienes hoy en tus patitas, ya no hay excusa de que JM te lleve de viaje, aunque te convendría preguntar a donde va ese tren antes de subir..., (es que a mi ese perro me parece extraterrestre, no sé, pero es una foto muy extraña), bueno no te preocupes puede que yo solo lo vea con los ojos de una humana, (creo...).
ResponderEliminarBesitos.
Ahora que lo dices, Campoazul, veo la foto un poco rara, como si algo raro se estuviera tramando. Espero que no sea unos de esos trenes que salían en películas antiguas de terror ¡qué miedo! Mejor me quedo en el sofá.
ResponderEliminarBesitos.