Ahí se acerca, deslizándose a ras de suelo, peluda y alargada: mi enemiga. Me pongo en tensión, arrugo el hocico, y le enseño mis colmillos, lista para el ataque. Parece asustarse, y retrocede haciendo círculos. Odio esa manía suya de arrastrarse por el suelo de la casa, husmeando por todos los rincones, y turbando mi reposo. Veo que JM o L la agarran por su larga y tiesa cola intentando detenerla, pero es imposible, es temible: les arrastra detrás de ella.
Ahí se acerca de nuevo, retrocedo un poco, preparada para cogerla por sorpresa, e intentar liberar a JM. Entonces, salto y la muerdo en su sucia pelambrera hasta que toco hueso, y no la suelto. La muy canalla, sin embargo, suele escapárseme elevándose en el aire, y obligándome así a soltarla. Pero no ha sido en vano, pues tras mis ataques suele volverse a un rincón de la casa, donde se queda quieta, como muerta, hasta la próxima. Es una guerra sin cuartel, y la tengo calada desde que era pequeñita, cuando me atacó alguna vez por sorpresa. Sólo puede quedar una.Guau.
jiijijijijijijiii que cosa más preciosa eres mi niña, aún enseñando los dientes, un besin muy my grande mi niña preciosa.
ResponderEliminarMuchas gracias, querida Ozna-Ozna, me alegro mucho de que te guste aún enfadada (con razón).
ResponderEliminarBesitos.
Muy bueno, Quequi. Duro ahí con ella. Hasta el final.
ResponderEliminar¿A que sí, Nora? Sin cuartel.
ResponderEliminarBesitos.
Hola Quequi, ¡que cucadita! Tan pequeñita y ya te peleabas con la escoba..., se la tienes jurada y no es para menos, si es de todos sabido que las escobas son muy requetepeligrosas... ¡a por ella…!
ResponderEliminarBesitos.
Querida Campoazul, me alegra comprobar que tú, como humana, reconoces el peligro de esta cosa. L es distinta, pues le dice a veces a JM que tiene que coger más a menudo la escoba. ¿es que no quiere a JM? ¿Por qué lo pone en peligro? No entiendo, pero ya se sabe que no hay quien entienda a los BIPs.
ResponderEliminarbesitos.
Peor es la aspiradora ¡esa sí que es mala!
ResponderEliminarAnte esa cosa que hace tanto ruido, querida Aurora, pongo pies en polvorosa.
ResponderEliminarBesitos.