Hasta hace poco ha habido en la finca colindante con la de JM un nido de gaviotas. Ésta está semiabandonada, y las gaviotas encontraron allí un cubil ideal para sus crías, que han crecido rápido bajo la vigilancia de la madre, quien ha sobrevolado amenazadoramente sobre los vecinos que iban a tender en la azotea.
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