Observo que el carnaval también está causando estragos este año. Aquí veis a este buen señor, que ha perdido la cabeza (lo que tampoco debe extrañar mucho durante estas fiestas). Mi espíritu de sabueso me ha hecho pensar asimismo en la posibilidad de que el Ninja que apunta a la izquierda de la foto haya tenido que ver en el asunto. En todo caso, el descabezado parecía cansado (no lo entiendo pues ya no lleva peso sobre los hombros), y se había buscado una silla; e imagino que debido a su minusvalía se había puesto a pedir limosna. De hecho, se ponía muy contento y aplaudía cuando alguien le echaba unas monedas (¿cómo se daría cuenta?). En fin, cosas de humanos.
Me parece también preocupante el hecho de que, durante mis paseítos de estos días, he visto a probas enfermeras y policías (aunque bastante jóvenes; deben ser las primeras de su promoción) agacharse detrás de coches para hacer una burda imitación de lo que yo hago, ya sabéis, tal que así:
Y me ha sorprendido además verlas hacerlo en el mismo sitio donde antes se había puesto a hacer lo mismo un presidiario con su traje de rayas y todo, o algún pirata (ya han vuelto a Cádiz, ¡temblad meones del Callejón de los Piratas!), aunque en su caso, de pie. Me inquieta esta falta de compostura, que creo que sería impensable en los japoneses afectados por el maremoto o tsunami. He llegado, pues, a la conclusión de que los humanos se vuelven locos en Carnaval, y que llegan a sufrir incluso extrañas mutaciones. Este año, por ejemplo, he sufrido un déjà vu al volver a encontrarme con un grupo de hombres-pollo en la puerta de mismo supermercado que el año pasado. Serán, quizás, unos PDA, Pollos Damnificados por Avecrem, que harán allí su convención anual.
Sólo espero que vuelvan pronto las aguas a su cauce (incluidas las menores), y que en mis paseítos sólo olisquee las de mis congéneres, que para eso están, digo yo. Guau.
Algunas veces los paseos de los Domingos por las mañanas son una porquería, todo lleno de potas, etc... Yo meto la nariz en todas y la jefa se pone mala de verlo. No lo puedo evitar, me gusta todo lo que huele mal.
ResponderEliminarBssss
A mí también me atraen toda clase de olores, sobre todo los fuertes, amiga Nora. Pero JM no me deja acercarme mucho. ¡Qué sabran ellos!
ResponderEliminarBesitos.
Hola Quequi, la verdad que visto desde tu punto de vista (y de olfato) el carnaval..., no sale muy bien parado, pero hay que reconocer que llevas razón que los humanos, (sin dos dedos de frente) cuando se pasan se pasan de verdad...
ResponderEliminarBesitos.
Querida Campoazul, los humanos hay veces que me resultan más incomprensibles de lo habitual.
ResponderEliminarDentro de una semana nadie se acordará de estas fiestas, y a otra cosa, mariposa. Pero me sigue dando pena ese señor sin cabeza.
Besitos.
Jajaja..., no te preocupes más, tal como está el panorama casi es un alivio vivir sin cabeza que así no se piensa tanto y se descansa mejor.
ResponderEliminarTu relájate y a tus ladridos de cada día...
Más besitos.